miércoles, 30 de julio de 2008

Descubrimientos que merecen ser compartidos.

Hace años conocí este tema. Jamás le había prestado atención a su letra porque me perdía en su musicalidad tan ochentosa.
Hace un tiempo descubrí su video. Magnífico, el video fue todo lo que esperaba. Seguía creyendo que la canción había sido compuesta para un programa de fitness o símil y el video venía a confirmar mis sospechas.
Con mi hermana tenemos la costumbre de convidar a todos nuestra desentonada interpretación de temas que nos generen la emoción suficiente como para sentirnos popstars. Hace poco recordamos este. Decidimos buscar en el imperio de la alegría (youtube, of course) la versión karaokizada del tema para poder seguirlo con nuestras privilegiadas voces.
Sorpresa la nuestra cuando leímos la picaresca poesía de Olivia Newton John.
Acá los doto de los elementos necesarios para recorrer el mismo camino que yo y les cedo a los interesados el espacio para reflexionar acerca del material.

El video:


La letra:

I'm saying all the things that I know you'll like
Making good conversation
I gotta handle you just right
You know what I mean
I took you to an intimate restaurant
Then to a suggestive movie
There's nothing left to talk about
Unless it's horizontally

Let's get physical, physical
I wanna get physical
Let's get into physical
Let me hear your body talk, your body talk
Let me hear your body talk

I've been patient, I've been good
Tried to keep my hands on the table
It's gettin' hard this holdin' back
If you know what I mean

I'm sure you'll understand my point of view
We know each other mentally
You gotta know that you're bringin' out
The animal in me

Let's get physical, physical
I wanna get physical
Let's get into physical
Let me hear your body talk, your body talk
Let me hear your body talk

Let's get physical, physical
I wanna get physical
Let's get into physical
Let me hear your body talk, your body talk
Let me hear your body talk

Let's get physical, physical
I wanna get physical
Let's get into physical
Let me hear your body talk, your body talk
Let me hear your body talk

Let's get animal, animal
I wanna get animal
Let's get into animal
Let me hear your body talk
Let me hear your body talk

domingo, 27 de julio de 2008

De casas muy raras I

Siempre que escuchaba hablar de "La casa de los espíritus", daba por descontado que se paseaban miles y miles de Caspers por los cuartos asustando a todo aquel que osara perturbar la calma del mundo de los muertos.
Tiempo después, alguien me dijo que la casa de M. (genial poner "m." porque el mundo está plagado de emes y acá cualquiera puede sentirse el protagonista) era como la casa de los espíritus. Si bien para ese entonces ya había aprendido que mi elucubración en poco correspondía con la trama, me gusta pensar que el misticismo del título tiene algo que ver con lo que pasa en esa casa. Que, debo aclarar, no es sólo de M., sino de M. F. A. M. y así ad infinitum.
Mi primer acercamiento fue, digamos, interesante. Jóvenes, me dijeron, plagada de jóvenes. 6 por aquel momento.
Extraño, no menos interesante por ello. A pesar de dubitarlo, terminé accediendo a la visita que poco me tentaba porque estaría rodeada de desconocidos o de conocidos acompañados.


Llegamos.
La puerta, a punto de caducar, daba la bienvenida a un lugar oscuro (oscurísimo bajo el manto del desconocimiento).
Cuando nuestro Virgilio acudió al timbrazo de mi amiga M. (otra eme, ¿no les digo que son mil?) fue necesario un tirón firme y seco (que luego entendería yo que es requisito imprescindible para atravesar el umbral) para hacer posible el ingreso.
El recorrido por el pasillo no fue menos emocionante que el acto de apertura. Algunas luces muy lejanas intentaban bañar el pasillo eterno que además de no tener techo permitía ver muchos de los cuartos que, me enteraría después, formaban parte de la extraña construcción. Virgilio recorría con soltura y calma el camino y M. lo seguía sin temor alguno (no sólo por estar acompañada de su guardián, sino porque ella también tenía ya cierta familiaridad con el recorrido). Yo, sin embargo, con ojos desorbitados, intentaba captar todo lo que podía del trayecto.
Al final del pasillo, por fin, la puerta blanca. Otro tirón (las puertas de la guarida parecen contar con una especie de negación a la apertura suave y simple, gustan de un poco de violencia) y escaleras.
En ese momento, ya desesperanzada, creí que todo era un invento y que no existía tal casa, que toda nuestra noche se iría entre escaleras, pasillos, puertas reacias a dejarnos pasar y golpes por parte de nuestro guía. Resignada, seguí a la dupla por las escaleras.
Eran un poco empinadas. Yo llevaba una mochila gigante y empezaba a sentir que quizás sí nos acercábamos a algo. Los nervios, entonces, hicieron que me tropezara.
Disimulé mi casi caída procurando que nadie la notara y, cuando miré arriba para certificar que había logrado ocultar mi torpeza, ahí estaba.
Vi la espalda de mi amiga entrando por una puerta transparente. Había muchas otras pero consideré que lo más correcto sería seguir a M., hubiese sido muy descortés (aunque no poco emocionante) aventurarme a recorrer sola ese laberinto que, cual fitito de payasos, parecía una pequeñez de afuera pero sabía servir de morada para un gran contingente de jóvenes estudiantes.
Con mucho miedo, agarré el picaporte de la puerta que me habían dejado cortésmente abierta (sospecho que por mi poca familiaridad con el arte de los golpes) y decidí penetrar la espesura del bosque de lo desconocido. Entré a timbredearriba.

sábado, 26 de julio de 2008

Why so serious?

miércoles, 16 de julio de 2008

Martes a la tarde.
Ya es casi verano, entonces sigue habiendo un sol radiante a pesar de que el alud de chicos con mochilas y uniformes haciendo cola por su helado indique que ya hace rato pasó el horario de salida de la escuela, que ya hace rato pasaron las 5 de la tarde.
Él, entre charlas acerca de tierras añoradas y comunidades de seres desconocidos, mete la mano en su bolso. La tarea se vuelve un poco compleja, su otra mano tiene que luchar por escapar a las gotas del helado víctima de ese sol tan radiante y veraniego.
Lo consigue. Ella lo mira, es poco lo que sabe de él y no puede imaginar qué se esconde entre su mano y su bolso.
La intriga crece, claro, porque él advierte que tiene algo para ella.
Mientras tanto, los chicos gritan. Dos de ellos, casanovas, realizan la danza de cortejo alrededor de una chica muy consciente de la situación que la rodea. Gana, como siempre, el que tiene la bicicleta. A los 12 años una chica ya sabe lo que quiere y medio de transporte mata galán.
Él se encariña con el perdedor. Siempre le simpatizaron los antihéroes. Se lo hace saber y ella adhiere.
Mientras tanto, ella lo mira, siempre lo mira.
Cuando él termina de buscar, también la mira. "Lo vi y pensé en vos". Le encanta escuchar eso. Le encanta la idea de que él piense en ella aún cuando no están juntos. No puede evitarlo y sonríe.

martes, 15 de julio de 2008

Una de las mejores respuestas que obtuve a mis comentarios pelotudos.

M. dice:
No quiero que esté mal.
V. dice:
Y yo quiero un pony, gila... Pero mi mamá odia al campo porque es oficialista.

sábado, 12 de julio de 2008

capos