Teníamos, bel y yo, algo así como 6 y 9 respectivamente. Mi papá nos dio la gran noticia: vamos a tener internet en casa. Para ese entonces, internet era algo que ansiaba con todo mi ser. Los programas de televisión empezaban a publicitar sus dominios web en los que encontraría "muchos más contenidos y diversión" una vez finalizado el show. Imaginate.
En ese entonces, la conexión venía vía teléfono. Nos organizamos. Padre nos dijo "van a tener 15 minutos de internet, piensen bien dónde quieren entrar porque no podemos ocupar el teléfono por una hora".
Ni siquiera lo dudamos un segundo. Al unísono gritamos "¡la página de Cartoon!". Pocas veces nos habíamos puesto de acuerdo tan rápido.
- Anotá, papá: doble be doble be doble be punto cartun con dos o network punto com.
- No! te olvidaste el ele a! Es cartoon network ele a punto com!
Papá hace caso. Loading. La emoción llenaba nuestros diminutos seres. Estábamos a un paso de la felicidad extrema y sin límites.
Cargó. Ahí, saludándonos desde el otro lado de la pantalla, todos nuestros seres queridos: los picapiedras, ed, edd, también eddie, dexter, su hermana y toda esa gente a la que tanto adorábamos y a la que nos hubiese encantado invitar a nuestros cumples.
- ¿Quieren jugar un juego?
No salimos de nuestro asombro. No sólo estábamos en internet... también PODÍAMOS JUGAR.
Al borde de la aneurisma le imploramos a padre que entrara urgentemente a cualquier juego que estuviera a la mano. Loading... Loading... Loading...
"Necesitás un plug-in para jugar a este juego"
Ruido estridente de nuestras ilusiones rotas. Tristeza. "Bueno, mañana jugamos porque ya pasaron los 15 minutos".
Nunca nos vamos a olvidar del comienzo de esta relación que hoy tanto nos nutre pero que otrora no supo hacer más que arrancarnos lágrimas de desilusión.