martes, 24 de marzo de 2009

Dicho y hecho I.

Cuentan los descendientes de allegados que, allá por el 1700, Gregoria se la pasaba de tertulia en tertulia y Juan era un workaholic que sólo visitaba su casa para cambiarse las botas y seguir así con sus labores. Esto no resultaba un problema, ya que la pareja se mantenía bien ocupada y ninguno de sus integrantes se molestaba por la ausencia de su compañero, pero todo ello se derrumbó cuando llegó a la familia Josecito.
Luego de un berrinche y una extenuante golpiza al vendedor de los intestinos de cabra que pretendían servir como método anticonceptivo, don Juan tomó el toro por las astas. Se decidió, sin aceptar un "no" como respuesta, a entregarle a Rosarito de San Martín -su hermana- el cuidado y la crianza de su falla anticonceptiva.
Como Rosario siempre se caracterizó por tener más instinto maternal que Maru Botana, no dudó adoptar al pequeño Josecito y pronto éste se convirtió en el preferido de entre sus 12 hijos.
Los años pasaban y José crecía. Su autoestima crecía con él. Era el consentido de la casa. No se sentía un hijo más, pero esto era porque se sentía el único.
Sus 12 primos intentaban llamar la atención de su madre. Un día uno aparecía con una pierna sangrando, otro día otro golpeaba su cabeza contra el aljibe.. Nada hacía que Rosario dejara de cuidar como propio y más querido al único de la camada que era un intruso.
Constantemente le recordaban a José que Rosario no era su madre y que no osara seguir llamándola así, pues algún día se descargarían. Pedante como ninguno, José seguía provocando a sus primos y no perdía oportunidad de dirigirse a Rosarito como "madre querida", "mamita" o "mamucha".
Un día, cegados ya por la ira que los carcomía, los 12 se organizaron de manera meticulosa y planearon la gran represalia.
Rosario, viendo que los mayores ya podían cuidar de los más pequeños, se aventuró a escabullirse por el pueblo con el lechero, con quien mantenía un romance que ella creía secreto. Por supuesto, todos sus hijos estaban enterados del hecho y fue la partida de su madre un pilar esencial para el éxito de su venganza.
Encontrándose José solo y desprotegido, no fue nada difícil capturarlo y meterlo en una bolsa de cuero de vaca. Menos difícil aún fue trasladarlo, maniatado, a la casa de un antiguo amigo de los primos -Ernesto- cuyo padre contaba con toda clase de navajas para mantener su rasurada y su peinado como dictaba la moda.
Una vez allí, José fue sacado de la bolsa. En sus ojos se podía leer el terror que lo invadía. Sabía que nadie podría ayudarlo y que, por fin, sus primos se vengarían de todas sus provocaciones.
El más grande de ellos tomó una de las cuchillas y comenzó a acercarse a su víctima. José gritaba y pataleaba mientras tres de sus primos lo sostenían con fuerza. Los gritos eran cada vez más estruendosos. Sus primos le advertían que, mientras más chillara, peor la pasaría. José seguía gritando. El mayor de los primos acercó su cuchilla a la mejilla del prisionero y le hizo un tajo muy cerca de su oreja. Luego, le dijo:
"Si seguís no va a ser sólo una advertencia. Y acordate que si nosotros te agarramos, no hay soldados que te salven, no hay amigos que te escuchen y, por sobre todo... no hay tu tía".
Luego de este episodio, José huyó.
Años después, al pueblo llegaron noticias de varias de sus batallas y de su progreso a pasos agigantados en el mundo de la milicia.
Cuentan los que se lo encontraban, que siempre que le preguntaban en qué batalla había obtenido la enorme cicatriz de su mejilla, él respondía con los ojos perdidos "a veces se complica y no hay tu tía".
Con el tiempo, la frase fue adoptada en el lenguaje cotidiano y fue modificándose de generación en generación. Es por esto que mucha gente cree hoy que la misma es en realidad "no hay tutía" pero creemos que José ayudó a generar este malentendido del lenguaje de manera intencional. A fin de cuentas, ningún militar quiere que se sepa que de chico era un maricón.

8 comentarios:

matutito dijo...

el final es buenisimo y el titulo mejor.
que bien confi, que bien!

me sono a garcía marquez la ultima frase, igual de oido eh

Vick dijo...

ya tuvimos esta conversación de sobre que significaba la frase "no hay tu tía" y creo que hoy resolviste todas mis dudas existenciales...
Genial

nylon dijo...

un año,
grosso.
te quiero mucho, meli

Hay mucha tu tía, para rato.

(en este caso yo sería tu tía, que no se malinterprete)

Polo dijo...

Me parece bien que escribas. Más de eso. Y las letritas un poco más oscuras o me pagás los anteojitos vos, mamuchis.

Vicu dijo...

Gracias por resolverme esta duda, ahora puedo dormir en paz.

Vicu dijo...

aaaah... yo también, pero no importa, sacás la cabeza por la ventana y todo bien...

por otro lado, lo de "explotar" no lo busqué en la RAE aun, pero debería...

el pibe de goma dijo...

Qué elegancia Meli!
Creo que por eso me gusta cómo escribís, sos elegante, a muchos nos cuesta serlo, pero en vos parece tan natural...

Vick dijo...

hoy me acordé de la frase:
"como rata por tirante"
y me pareció una buena frase para que analice el Staff de SK.